Desafío del Agua en SLP: Acuífero en Riesgo y Estrategias para la Sostenibilidad

Dr. Sócrates Figueroa Miranda, Dr. José Tuxpan Vargas y Dr. Sanjeet K. Verma investigadores de la División de Geociencias Aplicadas, IPICYT

El Acuífero de San Luis Potosí (ASLP), vital para el abastecimiento de agua potable en la región, se enfrenta a una crisis sin precedentes. Con una extensión de 1,980 km2, este reservorio es el recurso primario para el abastecimiento de agua del 40% de la población estatal, incluyendo los municipios de San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez, Cerro de San Pedro, Mexquitic de Carmona y Villa de Zaragoza. Sin embargo, su situación es alarmante, ya que desde la década de los 90, se ha clasificado como sobreexplotado según la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). El ASLP presenta una tasa de abatimiento de 4 m/año y su nivel estático se encuentra en un rango de 95 a 155 m de profundidad.

¿Por qué el ASLP está en esta condición crítica? La evolución económica y social de San Luis Potosí ha convertido al ASLP en la principal fuente de agua de la región. En 1960, el suministro de agua se dividía entre fuentes superficiales y subterráneas en un 59% y 41%, respectivamente. Para 2005, el 92% de la demanda se cubría con agua subterránea, mientras que las fuentes superficiales solo aportaban el 8%.

El uso del agua subterránea del ASLP es diverso, pero preocupante. En 1996, había 866 aprovechamientos, con una producción anual de 125 millones de m3. Sin embargo, en la actualidad, a pesar de un aumento del 72% en la perforación de pozos, la producción se ha reducido a 113 millones de m3 anuales, lo que equivale a un descenso del rendimiento del 10%. Por otro lado, los principales usos del agua subterránea también han evolucionado, pasando del público urbano (67.2%), agrícola (19.2%) e industrial (7.8%) en 1996, al público urbano (56.6%), agrícola (23.4%) e industrial (12.4%) en 2019. Esta tendencia muestra una disminución del agua para uso público urbano, mientras que la demanda agrícola e industrial va en aumento.

En este punto, es importante mencionar que los datos reportados por la CONAGUA pueden tener diferencias con los reportados por las instituciones locales como el Organismo Intermunicipal de Agua Potable, Alcantarillado, Saneamiento y Servicios Conexos (INTERAPAS). De acuerdo con los datos de este último, para el periodo 2001-2019, se tuvo una tasa de extracción de 89.1 Mm3/año que se destinan para uso público urbano. Esto significaría casi el 80% de la extracción media anual que reporta CONAGUA para todo el acuífero. En este periodo, INTERAPAS ha extraído 1.78 billones de m3 a través de 167 pozos de bombeo. Estos valores podrían indicar una subestimación de los datos proporcionados por la CONAGUA. También es observable que el rendimiento de estos pozos ha disminuido, aunque se menciona que la cantidad de agua extraída es variable en función de las necesidades de consumo, lo que a su vez depende de las condiciones climáticas del año en curso.

El agotamiento del ASLP es una tendencia que parece continuar su curso hacia la extinción del recurso y agravar los problemas del derecho universal al agua. Pero, además, tiene otras consecuencias preocupantes, como los hundimientos del terreno y la aparición de fallas en superficie que han causado daños estructurales a edificios, carreteras y tuberías, generando pérdidas económicas significativas. Esta problemática también ha evolucionado de la mano del agotamiento del ASLP. Para el año 2006 se tenían reportadas 15 fallas del terreno con tasas de hundimiento muy bajas, de apenas 2 cm/ año. Recientemente, la situación se agrava con la migración de la subsidencia hacia el norte-noreste de la ciudad. En la actualidad, se tienen identificadas 39 fallas del terreno con tasas de hundimiento de hasta 6 cm/año en algunos sectores, particularmente agrícolas.

Las soluciones a esta crisis son urgentes. Se requiere una mejora y actualización de la infraestructura hidráulica para reducir las pérdidas por fugas, que en el pasado alcanzaban el 40%. Además, es crucial seguir promoviendo una cultura de cuidado del agua entre la población, fomentando prácticas como el cierre adecuado de llaves, moderar el uso del agua en la limpieza del hogar, en el riego de jardines y en la higiene personal. La instalación de dispositivos ahorradores de agua en los baños y cocinas también es una opción necesaria.

Un grupo de investigadores del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica A. C. (IPICYT) propone una estrategia integral como solución a esta problemática. Se trata del aprovechamiento del agua de lluvia-inundación mediante la implementación de Soluciones Basadas en la Naturaleza o también llamada Infraestructura Verde (IV). A pesar del bajo promedio anual de precipitación en la región (alrededor de 400 mm), se espera que los eventos de tormenta intensa sean más frecuentes con el cambio climático. En este sentido, la construcción de IV atenderá tanto la reducción del riesgo por inundaciones como la captación y aprovechamiento del recurso hídrico. Es decir, se reduciría el impacto negativo en el ASLP debido a la excesiva extracción del agua subterránea.

La IV puede ser de microescala como los techos o paredes verdes y pavimentos permeables, de mediana escala como las denominadas “calles y plazas de agua”, jardines pluviales, y pozos de infiltración; y de macroescala como los grandes espacios vegetados, lagunas de retención e infiltración y humedales. Claramente la mejor opción es la implementación combinada de estas estrategias. Particularmente en ciudades urbanas donde el espacio es limitado. La captación y aprovechamiento del agua por IV reduciría el impacto negativo que está teniendo el ASLP debido a la sobreexplotación del agua subterránea.

Además, la IV tiene grandes beneficios ambientales, sociales y económicos. Por ejemplo, contribuye a mitigar el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Ayuda a la restauración y preservación de hábitats y redes ecológicas. Los beneficios económicos se dan por el aumento del valor de las propiedades. Los beneficios sociales y sanitarios vienen de la generación de “aire más puro”, se reduce la contaminación acústica y se ofrecen más espacios de ocio y reunión.

En el IPICYT, se están evaluando los beneficios de implementar IV en la cuenca media y la zona urbana de San Luis Potosí. Se cree que estas medidas son fundamentales para construir una ciudad resiliente y sostenible frente a los desafíos del cambio climático y el crecimiento urbano. La IV no solo puede preservar el ASLP, sino también mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

¿Quieres saber más del tema? Comunícate con alguno de los autores: socrates.figueroa@ipicyt.edu.mx, jose.tuxpan@ipicyt.edu.mx, sanjeet.verma@ipicyt.edu.mx

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